Die Prinzessin ging auf den Hund zu und fragte: "Hallo, wie heißt du?" Der Hund wedelte aufgeregt mit dem Schwanz und die Prinzessin merkte, dass er einsam war. Sie beschloss, den Hund mit ins Schloss zu nehmen und ihn zu ihrem Freund zu machen. So wurden Adelina und Bronco beste Freunde. Gemeinsam gingen sie in den Gärten spazieren und spielten im Schloss Verstecken.
Eines Tages, als sie im Garten spielten, hörten die Prinzessin und Bronco ein seltsames Geräusch. Sie näherten sich einer der Schlossmauern und entdeckten, dass sich dort ein Loch befand, durch das sie ein großes Waldstück sehen konnten. Die Prinzessin und Bronco beschlossen, den Wald zu erkunden, um zu sehen, was dahinter lag.
Mientras caminaban por el bosque, se encontraron con un grupo de animales que estaban en peligro. Había un pájaro que había perdido su nido, un conejo que había sido atrapado en una trampa y un zorro que estaba herido. La princesa y Bronco decidieron ayudar a los animales y los cuidaron hasta que estuvieron bien de nuevo.
Cuando regresaron al castillo, los habitantes del reino se sorprendieron al ver a la princesa con un perro tan grande y peludo. Pero cuando la princesa les contó todas las aventuras que había tenido con Bronco y cómo habían ayudado a los animales del bosque, todos se dieron cuenta de que el perro era un gran amigo de la princesa y lo aceptaron en el reino.
Desde ese día, la princesa Adelina y su fiel amigo Bronco se convirtieron en los protectores del bosque y de todos los animales que vivían en él. Y siempre que alguien necesitaba ayuda, ellos estaban allí para ofrecer una pata amiga.
Y así, la princesa Adelina y su amigo Bronco vivieron felices para siempre, disfrutando de las aventuras y ayudando a los demás en el reino.